Puente Transbordador Nicolás Avellaneda
El Transbordador Nicolás Avellaneda constituye un testimonio único de la etapa de industrialización vivida en nuestro país. Sus características técnicas y estéticas y su poderosa capacidad estructural lo convierten en algo más que un puente que cruza dos orillas. Es ante todo el reflejo de una forma de construir, de habitar y de comunicarse en las ciudades de principios del siglo XX.
El Transbordador Nicolás Avellaneda encierra valores patrimoniales que debemos preservar. Todos estos valores determinaron que en el año 2005 se iniciaran las acciones para que el Gobierno Nacional lo incluyera en la Lista tentativa de Bienes Culturales a ser postulados como sitio de Patrimonio Mundial. Este proceso está en marcha

Descripción
Unidades autónomas en el inicio, las dos riberas se fusionaron en el periodo de funcionamiento del Transbordador Nicolás Avellaneda, conformando un conjunto turístico integrado.
Al igual que el barrio de La Boca y La Isla Maciel, el transbordador no ofreció nunca una imagen de pulcra modernidad: desde los inicios su aspecto remitió a la dura y digna vida del obrero inmigrante. Esto lo convierte en un emblema ineludible para representar la identidad social de su lugar de emplazamiento y de valores más generales de la cultura porteña porque da cuenta del momento histórico en el que nació, marcado por una fuerte pulsión vital de la ciudad y por el proceso de transformación industrial de toda esa zona portuaria.
El Transbordador Nicolás Avellaneda – única estructura de este tipo que ha sobrevivido- se ha mantenido en el tiempo como refrenda viviente de una época que marcó fuertemente la historia de nuestro país.
Ubicación
Ubicación Administrativa
El Transbordador Nicolás Avellaneda se encuentra ubicado entre los kilómetros 1 y 3 del Riachuelo, uniendo los márgenes del sector norte de la localidad de Avellaneda, en la Provincia de Buenos Aires, más conocida como Isla Maciel y el sector Sur de la CABA, denominado barrio de La Boca.
Ubicación geográfica
El Transbordador Nicolás Avellaneda se encuentra ubicado a 2,1 km del Parque Lezama, a 3,7 km del centro de la CABA, a 5,5 Kilómetros de la estación Retiro en la misma dirección, siempre en sentido de orientación Norte. Está aproximadamente a 7 kilómetros de las Dársenas D y F del Puerto de la CABA.
Si hacemos referencia desde la orientación Oeste, el Transbordador Nicolás Avellaneda se ubica a 44 km del Aeropuerto Internacional de Ezeiza.
En la orientación Sur, el Transbordador Nicolás Avellaneda dista de la ciudad de La Plata, capital de la Provincia de Buenos Aires, a 54 km.

Accesos
El acceso a la Ribera de Isla Maciel:
Desde el Sur se puede ingresar por el Acceso Sudeste: Teniente General Juan Domingo Perón o por la Autopista Buenos Aires- La Plata.
Desde el Oeste, el acceso principal es la Avenida Pavón, continuando por la Avenida Manuel Estévez.
Desde el Norte, proveniente de cualquier barrio de la capital Federal, es necesario cruzar por el Puente Nicolás Avellaneda (Nuevo) o bien a través de los botes que cruzan a remo el Riachuelo. Cuando el Transbordador Nicolás Avellaneda estaba activo los peatones podían arribar a Isla Maciel a bordo de su Barquilla, más tarde lo hacían realizando una caminata de riesgo medio, ascendiendo por las escaleras laterales del Puente Nicolás Avellaneda (Nuevo), a 46 mts. de altura sobre el nivel del río.
El acceso a la Ribera de La Boca:
Para ingresar al Barrio de La Boca desde provincia, es decir desde el sur geográfico, los accesos son el Puente Nicolás Avellaneda o el antiguo Puente Pueyrredón, que se encuentra emplazado sobre el Riachuelo. Estos son los más próximos y desembocan directamente en calles del barrio.
El acceso que permite ingresar a La Boca por el Oeste es la Autopista 25 de Mayo, que permite unir el barrio de La Boca con el Aeropuerto Internacional de Ezeiza.
Si se ingresa desde el norte de la provincia, es necesario cruzar toda la Ciudad para entrar en el Barrio de La Boca. La Avenida 9 de Julio termina en la Plaza Constitución, desde allí se puede tomar la Avenida General Hornos para ingresar en pocos minutos en el barrio.
El sur del barrio de la Boca está delimitado por la Ribera del Riachuelo y su desembocadura con el Río de La Plata.
Las Riberas
Bajo los preceptos del urbanismo de la Revolución Industrial, las viviendas que se construyeron en la zona fueron más bien precarias, de origen obrero; el Transbordador Nicolás Avellaneda en este sentido es un buen representante del campamento industrial naviero.
Las viviendas construidas con madera o chapa, en general incorporaban balcones de hierro. Hechas en general con despojos de naufragios, de bodegas portuarias, con fachadas de chapa acanalada que se combinan con carpinterías de madera enriquecidas por variadas molduras. Estas viviendas fueron conocidas con el nombre de “conventillo”.
El Diccionario Lunfardo define conventillo como el lugar o casa de la vecindad de aspecto pobre y con muchas habitaciones, en cada una de las cuales viven uno o varios individuos. Y los conventillos eran justamente, casas de chapas pintadas con varios colores, en general pintadas con restos de pinturas de barcos y donde se alojaban varias familias, que habitualmente compartían ciertos espacios comunes como el baño y el patio.
Este vivir en común de la inmigración en conventillos incorporó a la zona elementos distintivos que fueron creando modos, hábitos, expresiones de mucha originalidad en su vivir y habitar que paulatinamente fueron cobrando rasgos propios.
La mayor parte de los materiales empleados en la construcción de estas viviendas precarias, fue producto del trueque o intercambio que realizaban los inmigrantes con los integrantes de los barcos que arribaban al Riachuelo. Dichos materiales eran empleados para poder llegar, desde los distintos países de Europa, como lastre en sus bodegas.
Así se desarrolló la construcción de viviendas en ambas márgenes del Transbordador Nicolás Avellaneda y si bien los pobladores de ambos lados construyeron con un mismo lenguaje y recursos su hábitat sobre ambas orillas, la cercanía y mejor comunicación con el centro histórico y administrativo de Buenos Aires, generaba el riesgo de desnivelar el equilibrio en el desarrollo de La Boca sobre la Isla Maciel. Los puentes compensaban esta diferencia y tenían la misión de unificar el crecimiento y desarrollo como si se tratara de un único barrio.
Con el abandono y destrucción de los puentes y la contaminación del Riachuelo, el río se convirtió en una barrera y cada orilla siguió caminos que se fueron bifurcando con el paso del tiempo y las sucesivas crisis socioeconómicas del país.
Historia
La Legislatura de ese entonces, dispuso que el puente debía tener un tramo central de báscula rodante, técnicamente conocido como sistema Shelzer, pero al efectuarse los trazos bajo esta consigna, el puente solo podía dejar para la navegación un tramo libre de 20 metros, lo que sería altamente perjudicial. Esto motivó una disposición de reforma en la estructuración del puente en el proyecto que finalmente fue aprobado en septiembre de 1908, por el Poder Ejecutivo con los trazos definitivos que guiaron su construcción.
El puente estaba compuesto por una estructura de hierro, construido por partes en Inglaterra. Desde allí se trasladó en barco y se armó en Buenos Aires.
La obra fue inaugurada bajo el Gobierno de Roque Sáenz Peña, el sábado 30 de mayo de 1914, con el nombre de Puente, en homenaje al célebre estadista, presidente de la República Argentina entre 1874 y 1880.
Su inauguración fue de gran importancia para la población ya que hasta entonces, los trabajadores del lado de Dock Sud, los obreros de la carbonera, los astilleros, la Usina CATE y el frigorífico ANGLO que reunían cerca de 17 mil obreros, debían cruzar este tramo del Riachuelo en bote.
El nuevo Puente Transbordador no sólo les permitía cruzar ambas márgenes a pié, también permitió que el tranvía, un medio de transporte muy popular en esa época, pudiera cruzar el Riachuelo, montado en su barcaza colgante.
Años más tarde, con las pinturas de Quinquela Martín, el transbordador adquirió además trascendencia a nivel mundial y se convirtió en un emblema del paisaje urbano de La Boca.
En 1960 el puente fue desactivado y puesto en desuso. Y en 1994, tras haberse ordenado su desarme, los vecinos junto con los legisladores porteños, impidieron su desaparición, reconociendo su importancia patrimonial y emblemática para el barrio.
Al igual que el barrio de La Boca y La Isla Maciel, el transbordador remite a la vida del obrero inmigrante. Esto lo convierte en un emblema ineludible para representar la identidad social de su lugar de emplazamiento y de valores más generales de la cultura porteña porque da cuenta del momento histórico en el que nació, marcado por una fuerte pulsión vital de la ciudad.
Entre los siglos XIX y XX se construyeron en el mundo 20 puentes similares en áreas portuarias. De los 20, sólo 8 quedan en pie. Uno de ellos es el Nicolás Avellaneda, único en toda América y el único de los 8 que se encuentra actualmente fuera de funcionamiento. Los otros 7 existentes se ubican en el Reino Unido, Alemania, Francia y España.

Aspectos
Tecnicos y
Funcionales
Los puentes transbordadores representaban una forma diferente de resolver el conflicto que planteaban dos corrientes de tráfico incompatibles: un tráfico de vehículos entre dos orillas situadas a poca altura sobre el agua y un tráfico de barcos en el río a cruzar.
En Buenos Aires, la construcción del Transbordador Nicolás Avellaneda requirió de tres años aproximadamente. Su estructura es totalmente metálica y su construcción fue encomendada a la fábrica inglesa, Earl of Datle Steel (su sello aún puede leerse en los perfiles del viejo puente Nicolás Avellaneda). Desde Inglaterra fue enviado por partes, que fueron llegando en barco, listas para su armado. Sólo los cimientos de cada una de las dos torres laterales fueron de construcción nacional, compuestos por ocho cilindros de mampostería de ladrillos de 90 centímetros de espesor rellenos de hormigón. Estos cilindros se asoman al pie de cada pilar y están sumergidos a 24 metros por debajo de la superficie del agua. Para fijarlos, se debieron atravesar varias capas de distintas materias y espesores,[1] con el fin de lograr que garanticen la resistencia necesaria. Para atravesar algunas capas fue necesario el uso de dinamita, la misma era colocada debajo del azuche y se la hacía explotar eléctricamente. La explosión resquebrajaba el terreno y permitía descender al cilindro.
El Transbordador Nicolás Avellaneda tiene 52 metros de altura. Esta es la longitud que presenta desde las bases de las torres hasta el tope de la viga superior. El ancho de cada una de las bases es de 27 metros y el ancho total, de eje a eje de cada una de sus columnas, es de 77,5 metros. Es este el tramo libre que deja para la navegación. Sobre las torres laterales se sostiene una viga superior, de la cual pende un carro sujetado a un cable carril que lo conduce. De este carro superior cuelga la barquilla, el denominado Transbordador, una suerte de canasto de ocho metros de ancho por doce metros de largo, que soportaba hasta 50 toneladas de peso. Desde la barquilla se transportaban peatones, carros y tranvías, con una capacidad máxima de 30 personas y 4 ejes o carros.
El costo total de su construcción y levantamiento fue aproximadamente de 100 mil libras esterlinas. Aún así, el servicio que brindaba era totalmente gratuito para la población.
El horario de funcionamiento del Transbordador Nicolás Avellaneda se extendía entre las 6 y las 21 horas. Y el manejo desde la casilla era simple, no requería del conductor una exigida capacitación.
Desde una cabina, ubicada en la torre lateral de la margen de La Boca, se estibaba su marcha, su desplazamiento de un extremo a otro. Cuando el carro estaba por arribar al muelle opuesto, unos interruptores montados en el carro superior se accionaban automáticamente mediante topes fijos que cortaban el circuito, para evitar que por cualquier descuido del conductor chocara la barquilla con el muelle.
Una situación muy común era que a causa de frecuentes interrupciones de la corriente eléctrica, quedara la barquilla en medio del Riachuelo. En esos casos, podía ser movida hasta su destino por unos guinches a mano.
La construcción de un Puente Transbordador de estas características tuvo la función de unir ambas márgenes de un modo no tradicional, ya que en el caso de La Boca y La Isla Maciel se trataba de dos partes de una misma estructura urbana continua cortada por un río. Se evitó además interferir con un intenso tránsito de barcos de un porte o arboladura que exigían una altura de paso importante.
En este tipo de puentes, la barquilla transbordadora es colgante y de gran capacidad, capaz de transportar vehículos y personas, siguiendo la traza natural del paseo. Porque la barquilla se desplaza a casi la misma altura de las calles que conducen al puente, sin alterar el punto de vista. Esta metodología de traslado tiene grandes ventajas: es fácilmente abordable, da continuidad al recorrido peatonal y visual de quienes se desplazan en él, ya que tanto la separación gradual de una orilla como el acercamiento a la otra refuerzan la sensación de un recorrido sin rupturas. Recorrido que duraba algo menos de 5 minutos.
Es interesante ver la diferencia entre el recorrido que planteaba el Transbordador Nicolás Avellaneda y el que propone el Nuevo Puente Nicolás Avellaneda, muy cercano al transbordador, pero con lógicas de funcionalidad y de concepción muy distintas. El puente de hormigón propone un recorrido en automóvil, prácticamente se comienza a subir sin entrar al Barrio de La Boca y al descender, ya la isla Maciel quedó atrás. La Boca y la Isla Maciel, quedan allí abajo. El puente no las une, las sobrevuela. Y el trayecto peatonal, hoy totalmente degradado, no difiere mucho: escaleras mecánicas fuera de uso, larga caminata, a una altura que rompe la continuidad del recorrido entre las márgenes, junto al tránsito de autos, camiones y ómnibus.
Por las características de ambos puentes y por su utilidad, son estructuras complementarias. Lejos de reemplazar uno al otro, son conceptual y funcionalmente diferentes. Uno da conectividad a escala barrial, pintoresca, doméstica y cotidiana. El otro es parte de una red urbana-suburbana que sobrevuela al barrio, con características de autopista.
Fundación X
La Boca y el
Transbordador
Nicolás
Avellaneda
FXLB firmó en 2006, un convenio de mutua colaboración con el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) y el Instituto de Preservación del Patrimonio Arquitectónico Urbano y Rural del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires, distrito 2 Avellaneda (IPPAUR) para impulsar acciones conjuntas por la recuperación y puesta en valor del puente y sus cabeceras – La Boca e Isla Maciel. Con todas estas organizaciones, elaboró un plan de manejo para la puesta en valor y funcionamiento de este puente, ícono de la Argentina y único en América.
FXLB ha desarrollado con la colaboración del Istituto di Cooperazione Economica Internazionale y Bomberos Voluntarios de La Boca el Museo Centro de Interpretación del Puente Transbordador Nicolás Avellaneda. También ha digitalizado para su preservación y difusión una colección de más de 50 postales antiguas que tienen como motivo al puente y su entorno. La colección pertenece al coleccionista Edgardo Rocca. FXLB ha desarrollado junto a la Revista Vivienda un proyecto para llevar a cabo una publicación en formato libro, que contenga la historia del puente, sus aspectos técnicos y patrimoniales.
Asimismo, ha instalado una maqueta del Puente, en distintos espacios públicos, acompañada de información histórica con el fin de generar conciencia acerca de la necesidad de recuperarlo y ponerlo en funcionamiento. La maqueta ha sido expuesta en 2007 en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza, Ministro Pizzarini, en 2008 en Aeroparque y en 2009 ha sido trasladada a la sala de preembarque de Buquebus, donde permanece hasta la fecha.
FXLB llevó adelante desde 2009 hasta 2015 el proyecto Amigos del Puente junto a la Fundación TDH, Arte Aquí Ahora y Acumar. Se trata de un proyecto destinado a alumnos de escuelas ubicadas en la zona sur de la Ciudad de Buenos Aires e Isla Maciel, que tiene como objetivo abordar temas vinculados al medio ambiente, la salud, el arte, la recuperación del Puente Transbordador Nicolás Avellaneda y la cultura del arte y el trabajo en la cuenca baja del Riachuelo.
FXLB co organizó en 2009 el “Concurso Nacional de Anteproyecto Cercanías Cabecera Norte del Puente Trasbordador Nicolás Avellaneda” junto al Ministerio de Desarrollo Urbano del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y la Sociedad Central de Arquitectos
FXLB organizó en 2010, el 1er. Encuentro por la recuperación integral del puente transbordador Nicolás Avellaneda: una aproximación desde el arte, la técnica, el patrimonio y la memoria, en el Museo Quinquela Martín, con la participación de más de 20 expositores.
FXLB organizó el evento cultural internacional “Lluvia de arañas sobre el Riachuelo”. La performance consistió en una instalación visual y sonora ideada por Sigismond de Vajay en colaboración con los artistas Buenos Aires Sonora (Argentina), Biosphere (Noruega) y Scanner (Inglaterra). El colectivo de músicos Buenos Aires Sonora actuó sobre la estructura del Puente Transbordador mientras que Biosphere y Scanner interpretaron un repertorio de música clásica, electrónica y experimental sobre un escenario flotante en el Riachuelo. 20 mil personas asistieron al evento, constituyéndose en lo más destacado de la Edición 2011 de La Noche de Los Museos.
Fundación x la Boca firmó un convenio con Vialidad Nacional, el Centro Argentino de Ingenieros y la Subsecretaria de Obras Públicas del Gobierno Nacional para el proyecto de recuperación del Transbordador, lo que permitió su puesta en valor y finalmente su inauguración y puesta en marcha, tras más de 60 años de inactividad, en el año 2017 en el marco del V Congreso Internacional de Transbordadores.
La Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos, Ministerio de Cultura está acompañando y asesorando activamente las gestiones técnico profesionales desarrolladas y a cumplimentar. Con ellos, hemos firmado un Convenio Marco de Colaboración, avalándonos dicha Institución como representantes del Transbordador a nivel Internacional y salvaguardas de éste y todos los monumentos y el Patrimonio histórico Cultural de La Boca y alrededores.
En noviembre de 2018, solicitamos a la Dirección de Inmuebles, Reservas e Infraestructura del Ministerio de Defensa la candidatura del Transbordador Nicolás Avellaneda para ser distinguido con el Escudo Azul de la UNESCO, la cual fue aceptada y se le otorgó dicha distinción a este monumento, permitiendo así que desde ese momento y ab-aeternum el Transbordador sea protegido ante cualquier conflicto bélico.
La Fundación X La Boca estuvo presente en el viaje inicial de la nueva puesta en marcha de nuestro querido Transbordador Avellaneda tras sesenta años de inactividad, agradeciendo y celebrando las gestiones de Vialidad Nacional para su reactivación.
En la actualidad, la FXLB está trabajando en un proyecto de recuperación del entorno urbanístico de la ribera y un proyecto de iluminación del Transbordador.

Asociación
Internacional
de Puentes
Transbordadores
Asimismo, y en dicho contexto, FXLB organizó y coordinó el 28 de septiembre de ese año la REINAUGURACIÓN DEL TRANSBORDADOR NICOLÁS AVELLANEDA, asistiendo a sus viajes iniciales, junto a vecinos y funcionarios. El acto contó con la participación de autoridades locales, provinciales, nacionales e internacionales como los embajadores de Gran Bretaña y de Alemania, agregados culturales y diversas entidades sociales, con gran cobertura de prensa.
Actualmente, los representantes de todos únicos 8 transbordadores en pie en el mundo, entre los cuales se encuentra nuestro querido Transbordador Nicolás Avellaneda (único en América) se encuentran trabajando en conjunto para la producción del VI Congreso Internacional de Transbordadores y la extensión como Patrimonio Mundial de la UNESCO del Puente Vizcaya al resto, de manera de poder generar un corredor turístico internacional con estas maravillas monumentales de la modernidad.